Dependiendo de la superficie del edificio a proteger y de sus características constructivas, puede ser necesario crear cantones de humo.
Se trata de “dividir” el espacio total en zonas (cantones) de evacuación de humo.
El objetivo de esta división es evitar que los humos producidos por el incendio se extiendan descontroladamente por el edificio, quedando limitados a una determinada zona, sin parar a los espacios contiguos. De esta forma, se evita la propagación de los humos y / o del incendio por todo el edificio.
Las cortinas de control de humo pueden ser fijas o móviles, es decir, pueden estar permanentemente visibles (en el caso de los almacenes y fábricas donde la estética no es fundamental) o estar “enrolladas” y ocultas en el interior de los techos falsos (como ejemplo tenemos la utilización en Centros comerciales).
Estas últimas, normalmente se controlan de forma automática a a través de la central de detección de incendios, que dará “orden” para el despliegue de las cortinas.
Además de las cortinas de control de humo, también hay cortinas de sectorización y cortinas cortafuegos. La solución final a adoptar tendrá en cuenta las necesidades reglamentarias.